Mekas

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Diciembre, 1951

Lo intenté. Hice todo lo que pude

para ser como los demás.

Traté de tener los pies sobre la tierra

en la pila de arena de la Sexta Avenida.

Pisar la tierra de Central Park.

Hundir mis manos en lo profundo,

con mis pies descalzos.

Pero sigo siendo un extranjero.

Hay una distancia que me separa

de cada edificio, de cada calle,

de cada rostro.

Así que me repliego en fantasías,

recuerdos, sueños.

Sí, hasta los sonidos que escribo

tienen un significado distinto para mí.

No evocan recuerdos.

Los camiones que limpian la calle

o los autos.

Los movimientos, las voces, las formas.

Los percibo pero no los entiendo.

No tienen eco

en las células profundas de mi cuerpo,

no.

Camino por esta ciudad

día y noche

sin entenderla realmente.

Nada de esto tiene sentido,

solo ocurre,

solo existe igual que yo

pero es como si fuéramos

dos extraños.

 

(Ningún lugar adonde ir, Jonas Mekas, entrada de su diario de diciembre de 1951. Versión en español de Leonel Livchits. Publicado por Ed. CAJA NEGRA)